8 de enero de 2010

En hora

Te espero azul, como imagino tus ojos. Te quiero rojo, como aquellas fresas que comimos en verano. Te amanezco verde, como el regustillo de estar tirados en el sofá horas y horas haciéndonos los dormidos. Te miro amarillo, como cuando nos encienden la luz después de jugar. Te sigo, rosa. Como la ilusión.

Tú allá y yo aquí. Grises al fin y al cabo. Blancos con la luna. Negros con el sol.

¿A qué hora quedamos para poder ser como todos nos ven?
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''Dibuja una sonrisa y te regalo una rosa.

Que el invierno no tiene miedo y es que yo sin ti, no soy yo.
Que perderte no es ningún juego y es que yo sin ti, qué sé yo.''

Y te lo digo porque el otro día soñé que alguien me cantaba esa canción. Al oído. Qué ilusa.
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Hace tanto que no recibo una carta por correo tradicional que la que estoy esperando es doblemente especial. Deseando leerla, ya.

Adiós.

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