30 de noviembre de 2009

Lost and not found

(Como esas cosas que últimamente nunca digo. O las digo tantas veces que mis oídos ya no se sincronizan para escuchar y entender lo que mi boca dice. Como para pedir que otras orejas ajenas atiendan.
Como cada noche, te miro sin mirarte porque no estás. Toco el aire y le pregunto que qué tal el día o cómo ha ido el partido de hoy. Pero qué digo, si no te gustaba el fútbol.)

Y aprender la lección de ayer, que faltó mi mente a clase porque estaba buscando algo donde ni la gata sabe y eso que le cuento todo.


La cuerda alrededor de mi cuello se soltó el sábado. No está en mi casa, no está en el coche, no está en el coche de David, tampoco está en casa de la abuela de Daniel, no está en Cirauqui. Creo que se cayó cuando bajé con David corriendo a Estella para el sorteo del coche en la Plaza San Juan. Ojalá no sea así, porque muero. Y cualquiera que la coja, verá que es sólo una piedra del suelo y la tirará. La tirará.

Estoy desesperada. JURO QUE COMO NO LA ENCUENTRE VOLVERÉ A VIENA AL ESTADO ERSNT HAPPEL A POR OTRA. LO JURO.

Adiós.

No hay comentarios: