29 de diciembre de 2009

Probablemente

Todos cometemos errores. Yo la primera.

Mi propósito para el nuevo año será intentar no darme cuenta tan tarde de que he metido la pata.

Y por otra parte, a veces se pierden cosas. A mi madre le da mucha pena una vez que perdió a una buena amiga por, al fin y al cabo, tonterías. Y la cosa se zanjó cuando una se casó y no invitó a la otra a la boda. Y cuando la otra se casó, no invitó a la una. Hasta ahora.

¿Me casaré?

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Quién sabe.

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Que se lo pregunten a Natalia Lafourcade, en el 2000.



No han sido pocas las veces que Idoia y yo hemos cantado esta canción a tope en su coche. Nos encanta!

Dato importante: Se acabó el día de las inocentadas.

Adiós.

25 de diciembre de 2009

Servilleta a la cabeza

Comida de NaviTAL. O eso dicen.
Una navidad más, hemos rescatado la nintendo del armario. Volveremos a intentar terminar el juego de Donkey Kong 64. Y el abuelo volvió a entrar en nochebuena a las tantas en casa diciendo su frase: ''No hay ni un aaaaalma en la calle''. Y sólo se le ocurre a mi prima hacer lo siguiente:

Mi madre: Gabina, tú vas a comer solomillo?
Gabina: Ufff. Sí. Bueno, no, que me he atiborrado de PAN. ¿¿¿¿A QUIÉN SE LE OCURRE ZAMPARSE UNA BARRA DE PAN EN NOCHEBUENA SABIENDO TODO LO QUE HABÍA PARA CENAR????

Hay que hacer hueco en el estómago, por dios...

...por lo tanto...

SERVILLETA A LA CABEZA.



Feliz día. Y mañana a Logroño a pasar todos el día y la noche con Herni.

Adiós.

20 de diciembre de 2009

Plan estúpido para una tarde tonta

Que he decicido que tu recuerdo ya me sabe a poco. Que te quiero aquí por Navidad. Que la Navidad dure todo el año, toda la vida, toda nuestra vida.
Quiero pensar qué regalarte y estar nerviosa por abrazar mi regalo, abrazarte a ti. Quiero tener una tarde lluviosa y un sofá viejo para tumbarnos durante horas. Quiero que duermas conmigo una vez más para así no tener que soñarte. ¿Recuerdas la lluvia? ¿Recuerdas el frío? ¿Recuerdas el campo? Todo eres tú. Hasta una pared de piedra..como aquella donde nos dimos ese último beso.

No iré al cine. No iré a un centro comercial. No iré a sentarme tooodo el rato en un bar. No. Porque no son planes estúpidos.

Estaré toda una tarde de aquí pallá patinando por el hielo y viendo puestos con juegos de lógica con David, fingiendo estar en matrix, dando vueltas a las manzanas (sin gusano) y cerveceando viendo el cabezado de Kanouté con aquél jugador del Getafe. Luego evitaremos a todo el mundo mundial y acabaremos asqueados porque el chino tarda mucho en traer la cena.

Emplearé una hora y media de mi vida dominguera viendo una peli (por poner un ejemplo al azar, Habitación 1408) con Rubén totalmente apulguerados en el sofá. Y se nos ocurrirá tras ver la peli hacer malabares en pareja.

Y no olvidaré el deporte nacional de este, nuestro piso: Tiro libre a botellas de plástico vacías con pelotas volando de un lado al otro del salón.

El resto del rato, estudio. Derecho Procesal, allá voy.

Adiós.

P.D: Por una vez, me daba pereza actualizar. Me han pasado muchas cosas dignas de mención en este blog, pero siempre encontraba algo más importante que hacer y luego ya no merecía la pena contar nada. Me preocupa, beibes, me preocupa.

P.D: La púa de la foto me la regaló un compañero de trabajo, Matxi, guitarra del grupo Espíritu de Contradicción. Me encanta.
Adiós otra vez.

8 de diciembre de 2009

Manos a la obra

Mis manos a tu obra y mi cuello a tu boca. Mantén la atención en nuestra tabla que yo voy a buscar el tornillo que nos falta, la solución a la locura que no quiero arreglar. Te ví, te encontré y te soñé. Seguí todos los pasos, las instrucciones de la rugosidad de tus manos. Y entonces me dí cuenta de que lo más importante de todo es lo que había dicho dos frases antes. Te soñé. Y ahora no recuerdo ni tu cara.

No entiendo cómo puede depender tanto mi estado de ánimo del hecho que haya perdido la piedra. Cada vez que paso por uno de los lugares de aquel día me vuelvo loca. Veo dobles habitaciones en donde tan sólo hay una cama. Veo el Corte Inglés en el garaje de mi casa. Lo que antes se me hacía pequeño ahora se me antoja gigante. ¿Cuántas tardes me puede costar peinar cada centímetro que recorrí el sábado pasado? Necesito llevar conmigo algo con significado. Un significado importante, un recuerdo feliz. Necesito esa piedra como el sonreír...

Después de acabar con un puente griposo y lleno de obras en casa, me quedan unas cuantas reflexiones.

1. Me encantó que David, Daniel y yo fuésemos igual vestidos por pura casualidad. Qué recurrentes son las rayas grises y negras.

2. Mi ex-habitación, ex-habitación de las chicas, comunmente denominada habitación de marina es ahora el picadero. Un picadero verde, si hasta el color le va que ni PINTADO.

3. Odio toser y el jarabe rosa que se me cayó en el trozo de pizza.


4
. You can have it all, everything you want you can make it yours, everything you want in the world, everything you want in the world.

Lo dicho.

Adiós.

2 de diciembre de 2009

Trato hecho

El sábado pasado, mientras jugábamos a las cartas en el pin pon de mi casa a modo de mesa y con un cubatilla en la mano, decidimos preparar el amigo invisible. Sólo estábamos Daniel, Leyre, David y yo, nos faltaban Herni y Rubén, así que sus amigos invisibles se los quedó mi hermana y me consta que ya les ha informado.

Todos pensando qué regalar...difícil dilema. Y Rubén nos lo ha puesto bien fácil. Ha escrito una hoja con sus deseos y la ha pegado con un cacho de celo en la pared del salón. Ahí va:

- Un chalet.
- Un coche nuevo.
- Una chica guapa, inteligente, que me quiera...
- Una bufanda sexy y elegante.
- Un gorro de aviador para el invierno con forro interior.
- Unos cascos de oír música super tochos.
- Un polo de la selección de rugby de Nueva Zelanda.
- Un viaje de dos días y una noche en Liverpool (válido también en Londres, Manchester...) con entradas para ver un partido de la Premier.

Se me olvidó decirle que el máximo son 10 euros...



Siento que te me vas a cada paso que doy sin ti, harto y desnudo en la soledad, cuando te llamo y no estás aquí. Déjame reventar el horizonte del porvenir, dándole al sueño una realidad con las caricias que hice por ti.

Adiós.