Iba a ser un día sin planes, un día de lluvia, con trayecto cama-sofáymanta/sofáymanta-cama. Iba a ser un día de calcetines de lana y una buena película. Y de hecho, hasta después de comer lo ha sido.
Pero tras la ensalada, los pimientos, el pollo y el café ha llamado mi tía Amelia. Que si quería ir al musical de Mamma Mia con ella. Y la primera reacción ha sido: Uuuff, no. Y he colgado.
Dos segundos después estaba quitándome el pijama/chándal y poniéndome lo primero que veía. Mientras escogía un calcetín de cada color le gritaba a mi madre (que estaba felizmente viendo fama) que llamase otra vez a mi tía Amelia.
Seguía lloviendo y yo sin chaqueta ni abrigo.
Casi a las 9.30 salíamos del musical mi tía, mi prima doña croquet y una servidora. Ha sido sensacional, glorioso. Hemos acabado todo el mundo bailando y cantando las canciones. Me lo he pasado bomba y se lo recomiendo a todo el mundo mundial, incluído Teruel.
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