Europa sigue siendo un cuento de hadas

10 + 1= 11 días por Europa gozando, vagando, riendo... Indiscutible. Qué vacaciones. No las cambiaría por nada y firmaba ahora mismo por volver a coger otro tren con Leyre, Daniel y David.

Paseamos por París como si ya fuera nuestra casa. Cayeron varios mojitos, cómo no.

En Ámsterdam unos sinuosos bizcochos nos dieron un ataque de risa de horas y las putas de las ventanas nos hacían cortes de manga por doquier.

Berlín. Berlín me conquistó. Lo consiguió. Dedicaré una entrada sólo para esta ciudad. Todo lo que diga ahora será poco y más sin tener las fotos de ese día en mi poder.

Praga. Coronas, que no hay euros y un taxista nos timó. Volveremos los cuatro, porque los deseos que ahí se piden se cumplen. Y tras la apuesta entre Leyre y Daniel (que perdió la primera), nos vamos a la siguiente y última ciudad.

Munich. La capital de la cerveza. Y del amor. O desamor, según se mire. O según en la litera en la que te encontrases esa noche.

En estos días he podido entre otras muchas cosas, confirmar que hablo sola a la noche y contar varias veces las 103 pecas que david tiene en la espalda.

Y tengo una melancolía terrible encima. Unas ganas de estar otra vez todos juntos y esto que llegan fiestas de Estella este viernes..Ganas, ganas..locas!

Ya está cocinándose nuestra próxima escapada. Nos perderemos los cuatro en el monte, con una mochilita y una tienda de campaña. Con las estrellas y por supuesto, litros y litros de SEX ON THE BEACH, pero sin sex y sin beach. De momento.

Dato importante: Remember all good things.